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Una Luz De Esperanza: Eentra en vigor el tratado que prohibe las armas nucleares

El primer tratado que prohíbe las armas nucleares ha entrado en vigor (22 de enero de 2021). Mientras el mundo enfrenta problemas que traspasan las fronteras, como pandemias y riesgos climáticos, este nuevo tratado representa una victoria para la humanidad.

El primer tratado que prohíbe las armas nucleares ha entrado en vigor (22 de enero de 2021).

Mientras el mundo enfrenta problemas que traspasan las fronteras, como pandemias y riesgos climáticos, este nuevo tratado representa una victoria para la humanidad. 

“Es el primer instrumento jurídicamente vinculante que prohíbe, de manera específica, el uso, el desarrollo, la producción, el almacenamiento y los ensayos con relación a esas armas, que generan consecuencias humanitarias terribles”, afirma Helen Durham, directora de Derecho Internacional y Políticas Humanitarias del CICR. “Es una señal concluyente de que las armas nucleares no solo son inaceptables desde el punto de vista moral, sino que están prohibidas en virtud del derecho internacional humanitario y de las leyes de la guerra.”

La primera vez que el Comité Internacional de la Cruz Roja solicitó la prohibición de las armas nucleares fue en 1945, después de atender a las víctimas de los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki.  En los hospitales, médicos y enfermeras presenciaron de manera directa el sufrimiento y la destrucción indescriptibles que causaron esas armas.

Sumiteru Taniguchi tenía 16 años cuando la bomba impactó en Nagasaki. Estaba entregando correspondencia en su bicicleta. “Caí al suelo, y, en un instante, se me quemó la espalda”, recuerda Taniguchi. “Sentí que el suelo temblaba y pensé que moriría. Cuando todo se calmó, advertí que se me había caído la piel del brazo izquierdo, desde el hombro hasta la punta de los dedos, y que colgaba como un trapo. No sentí dolor. Me toqué la espalda con una mano y descubrí que mi camisa ya no estaba y que tenía algo negro y viscoso en la mano. Mi bicicleta había quedado retorcida como un caramelo.”       

Taniguchi pasó tres años y siete meses en el hospital, debatiéndose entre la vida y la muerte. El dolor físico y el temor a que sus dos hijos sufran los efectos hereditarios de la radiación lo acompañaron toda la vida.

En la actualidad, hay más de 13.000 bombas nucleares en el mundo. Muchas de ellas tienen un poder de destrucción muy superior al de las bombas utilizadas en los años cuarenta. Además, miles de las bombas actuales están en alerta máxima, listas para ser lanzadas en un instante, y son vulnerables tanto a errores humanos como a ciberataques. 

Hasta el momento, han ratificado el Tratado sobre la prohibición de las armas nucleares 51 países, que procederán, según lo establecido, a informar si poseen armas nucleares y a presentar un programa para su destrucción. Esos Estados también se comprometieron a ayudar a las víctimas de ensayos nucleares y a limpiar las áreas contaminadas.

El jefe de la Delegación del CICR para África meridional, Mamadou Sow, sostiene lo siguiente: “Los países africanos estuvieron entre los primeros en manifestar su compromiso con el tratado que prohíbe el uso de armas nucleares. Necesitamos saber si habrá más países que lo ratifiquen y apliquen. El tratado por sí solo no redundará en la desaparición de las armas nucleares de la noche a la mañana, aunque sí envía una señal muy clara para todos: el uso, la amenaza del uso y la posesión de esas armas son ciertamente inaceptables en nuestro mundo actual.”

Para más información:

Juliette Ebele, CICR en Ginebra, +41 79 298 94 81, jebele@icrc.org 

FOTOGRAFÍAS: leyendas incluidas en las fotografías

DESCRIPCIÓN DE LAS IMÁGENES: PENDIENTE

Lugar: Ginebra, Suiza

Cámara: video filmado con teléfono móvil (posición horizontal).

Fecha de filmación 13.1.2021

Derechos: CICR, acceso irrestricto

Créditos en pantalla: CICR o logotipo

TESTIMONIO: Helen Durham, directora de Derecho Internacional y Políticas Humanitarias, CICR (en inglés)

“Mientras el mundo enfrenta problemas globales que traspasan las fronteras, como pandemias y riesgos climáticos, este nuevo tratado representa, sin dudas, una victoria para la humanidad. El tratado sobre armas nucleares no solo es un instrumento para la eliminación de esas armas, sino que es un paso concreto hacia el cumplimiento de las obligaciones vigentes en materia de desarme nuclear, como las establecidas en el tratado de no proliferación. Asimismo, establece la obligación y la responsabilidad de los Estados de apoyar a las víctimas de ensayos nucleares y de limpiar las zonas contaminadas.”

Imágenes de archivo de los bombardeos nucleares en Hiroshima y Nagasaki en 1945

TESTIMONIO: Helen Durham, directora de Derecho Internacional y Políticas Humanitarias, CICR (en inglés)

“Somos testigos de un momento histórico: la entrada en vigor del tratado que prohíbe las armas nucleares. Es el primer instrumento jurídicamente vinculante que prohíbe, de manera específica, el uso, el desarrollo, la producción, el almacenamiento y los ensayos relativos a armas que generan consecuencias humanitarias terribles. Es una señal concluyente de que las armas nucleares no solo son inaceptables desde el punto de vista moral, sino que están prohibidas en virtud del derecho internacional humanitario, las leyes de la guerra.”

Lugar: Nagasaki, Japón

Idioma: japonés

Fecha: 23 de julio de 2015

Varias tomas de los exteriores de un hospital de la Cruz Roja en Nagasaki

Sumiteru Taniguchi muestra sus heridas * imágenes perturbadoras * y dice:

[1:40] “Las costillas se me hundieron en el cuerpo, y la superficie de la piel entró en descomposición. El corazón y los pulmones se dañaron por la compresión de los huesos.”

TESTIMONIO: Sumiteru Taniguchi, sobreviviente de la bomba atómica (en japonés):

[2:36] “Caí al suelo con la bicicleta a una velocidad de 200 a 300 metros por segundo, y, en un santiamén, la explosión y la radiación me habían quemado la espalda. Sentí que el suelo temblaba y, por un momento, pensé que moriría. Pero me dije a mí mismo que no podía morir allí.”

[3:00] “Cuando todo se calmó, advertí que se me había caído la piel del brazo izquierdo, desde el hombro hasta la punta de los dedos, y que colgaba como un trapo. Como no sentía dolor, me toqué la espalda con una mano y descubrí que mi camisa ya no estaba y que tenía algo negro y viscoso en la mano. Mi bicicleta había quedado retorcida como un caramelo.”

[3:27] “No sangraba ni sentía dolor. Me arrastré hasta el túnel más próximo y, luego, deambulé en busca de refugio.”

[3:41] “Vi muchas personas quemadas instantáneamente: costaba distinguir si eran hombres o mujeres. Quería ayudarlas, pero, al parecer, había perdido toda mis energías y mis fuerzas.”

[4:09] Varios de los Taniguchi de Sumiteru siendo examinados por el Dr. Matsuoka

TESTIMONIO: Dr. Masao Tomonaga, director honorario de la Cruz Roja Japonesa, Hospital de la Bomba Atómica de Nagasaki (en japonés)

[4:386] “Los sobrevivientes sufrieron los efectos de la radiación durante toda la vida. La mayoría de los pacientes actuales tenían menos de diez años en ese entonces. Eran niños cuando estalló la bomba atómica. Todavía desarrollan leucemia y diversas formas de cáncer o mueren por infarto. A esas personas, el miedo a los efectos tardíos las ha perseguido desde los diez años de edad. El temor a que se les diagnostique leucemia o cáncer nunca les dio un momento de sosiego. Nadie podía decirles ‘su sufrimiento quedó atrás’.”

[0:43] El Dr. Masao Tomonaga explicando sus diapositivas de investigación

TESTIMONIO: Helen Durham, directora de Derecho Internacional y Políticas Humanitarias, CICR (en inglés)

Como sucede con todos los instrumentos jurídicos nuevos, la entrada en vigor de este nuevo tratado que prohíbe las armas nucleares es el comienzo —y no el final— de un largo recorrido. Nos queda mucho por delante, pero debemos poner de relieve y celebrar que contamos con un tratado. Después de más de 75 años, hay un instrumento jurídico. No obstante, para que tenga efecto, son necesarias varias acciones. La primera consiste en asegurarnos de que sea suscripto y ratificado ampliamente, que las autoridades políticas tengan la visión y el coraje de colocarse en el lado correcto de la historia. Pero también debemos asegurarnos de que las obligaciones emanadas del tratado sean conocidas y comprendidas, y se cumplan al pie de la letra. Si se toman todas estas medidas, nos acercaremos a un mundo libre de la amenaza de una guerra nuclear.

TESTIMONIO: Mamadou Sow, jefe de la Delegación del CICR para África meridional (en inglés)

“Sudáfrica fue el primer país en poner fin, de manera voluntaria, a todos sus programas de armas nucleares. Los países africanos estuvieron entre los primeros en manifestar su compromiso con el tratado que prohíbe el uso de armas nucleares. Necesitamos saber si habrá más países que ratifiquen y apliquen el tratado. Que quede claro: el tratado por sí solo no redundará en la desaparición de las armas nucleares de la noche a la mañana, aunque sí envía una señal muy clara para todos de que el uso, la amenaza del uso y la posesión de esas armas son ciertamente inaceptables en nuestro mundo actual.”

 

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