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26-07-2016 | Latest News , Africa

Madagascar detención y malnutrición: Una pena doble, a veces fatal

En Madagascar, aproximadamente uno de cada dos reclusos padece malnutrición moderada o grave. En 2015, se constató malnutrición en más de 9.000 detenidos, quienes recibieron atención en el marco de un programa de alimentación de emergencia tendiente a recuperar esta población extremadamente vulnerable y, en última instancia, a evitar decesos a raíz de malnutrición. En 2016, más de 4.000 reclusos se incorporaron al programa y, de acuerdo con la estimación del CICR, se alcanzarán las cifras de 2015.

El Estado malgache, afectado severamente por la crisis económica, cada vez tiene más dificultades para alimentar a la población de alrededor de 22.000 detenidos. Conforme a una disposición del Ministerio de Justicia, se prevé una ración individual diaria de 750 gramos de mandioca; sin embargo, en realidad, ésta apenas alcanza los 300 gramos.

Como explica Brigitte Doppler, nutricionista del CICR a cargo del programa de alimentación, “es completamente insuficiente, tanto en términos cuantitativos, es decir el valor energético, como cualitativos, evidentemente. A largo plazo, si no existe otro aporte, será sin duda letal, un deceso”.

El CICR inicia en 2011 un programa de nutrición de alcance nacional, con la colaboración activa de las autoridades penitenciarias, muy preocupadas por la situación de salud de los detenidos. Los enfermeros de las cárceles son responsables de pesar y medir a todos los reclusos mensualmente y de enviar estos datos al CICR. Con el análisis de estos datos, el CICR propone un programa de nutrición, cuyos beneficiarios, con malnutrición moderada o grave, son examinados todas las semanas. La recuperación se produce habitualmente al cabo de tres meses. En todos los lugares de detención, los voluntarios de la capellanía católica de las cárceles preparan diariamente la comida especial de los detenidos con malnutrición.

La situación no ha mejorado de la noche a la mañana: el CICR ha debido revisar toda la cadena alimentaria y el abastecimiento de leña, construir hornos mejorados, normalizar los tazones y cucharones para que, en última instancia, todos los detenidos que padecen malnutrición reciban diariamente la cantidad adecuada de alimentos. 

Jacky Rambeloson está encarcelado desde junio de 2015 en la prisión de Toliara. Apenas un mes después de su llegada a la cárcel, su pérdida de peso es considerable y debe entonces incorporarse al programa de alimentación. Se recupera y deja el programa; pero al no recibir más que una ración diaria de mandioca, su estado se deteriora nuevamente y en marzo de 2016, reanuda el programa. Como muchos otros detenidos, los que se recuperan vuelven a enfermarse en un plazo más o menos largo.

Siempre con su abrigo y su gorro a pesar del calor, Jacky no aumenta de peso desde hace un mes. “Cuando mi peso era normal, no me dolía nada”, explica. “Pero desde diciembre, no dejo de tener frío y siento hormigueos en todo el cuerpo. Noté enseguida que estaba perdiendo peso.” Muy debilitado, Jacky debió ser hospitalizado a fin de junio. Los médicos sospechan la presencia de una enfermedad asintomática, oculta por su estado de malnutrición.

Victorien Moha, Director de la prisión de Toliara, confiesa que su tarea es difícil: “Nuestra primera función es evitar que este tipo de cosas ocurran, evitar la muerte de los detenidos. Las personas detenidas no deben padecer hambre día tras día, a pesar de que tengamos pocos recursos.”

En 2011, en el inicio del programa de nutrición, las autoridades penitenciarias registraban cerca de 150 decesos por año en la población carcelaria, de los cuales más de dos tercios estaban relacionados con la malnutrición.

En 2015, lamentablemente se seguían registrando más de cincuenta decesos por año, de los cuales la mitad todavía estaban relacionados con la malnutrición (27).

Datos esenciales 

  • El presupuesto de la administración penitenciaria se redujo aproximadamente un 70 por ciento desde 2009, con un impacto significativo en el presupuesto asignado a la alimentación de unos 22.000 detenidos.
  • El programa de lucha contra la malnutrición implementado por el CICR en 2011 abarca cerca de la mitad de los 42 establecimientos penitenciarios existentes en Madagascar.
  • Cerca de un tercio de los nuevos detenidos de la prisión de Toliara llegan en estado de malnutrición.
  • La falta de alimentos y vitaminas ralentiza el metabolismo a tal punto que el cuerpo pierde la capacidad de reaccionar en caso de enfermedad. A menudo, no hay fiebre ni síntomas, y enfermedades o infecciones graves potencialmente mortales, como la tuberculosis o el paludismo, pueden pasar desapercibidas.
  • Los detenidos más pobres o que no se benefician de un apoyo alimentario provisto por amigos o familiares llevan la peor parte.
  • La comida especial preparada para los detenidos que padecen malnutrición se compone de 350 gramos de arroz, 130 gramos de frijoles, 200 gramos de legumbres, todo condimentado con sal y aceite en cantidad suficiente para una recuperación más rápida de peso.
  • Los detenidos que padecen de una forma grave de malnutrición reciben, además de la ración “normal” de mandioca y de la comida especial, una pasta energética denominada Plumpy Nut.
  • Las autoridades locales y las organizaciones internacionales estiman que uno de cada dos niños malgaches de menos de cinco años de edad sufre malnutrición crónica.

 

Lista de imagenes

Lugar: Madagascar, cárcel de Toliara
Duración: 05:39
Formato: H264 Mov HD
Producción: Didier Revol
Edición: Laurent Graenicher
Cámara: Volana Razafimanantsoa
Sonido: francés/malgache
Ref. del CICR: AV489N
Fecha: junio de 2016

Derechos: CICR, acceso irrestricto

00 00 00 Apertura de las puertas de los dormitorios de la prisión de Toliara y salida de los detenidos al patio (6 imágenes).

00 29 13 Los detenidos llevan las ollas de mandioca al patio (2 imágenes).

00 35 19 Se sirve la mandioca cocida en los tazones de los reclusos (3 imágenes).

00 48 05 Un detenido come, de pie, su ración de mandioca (2 imágenes).

00 55 00 El detenido Marakolezy come su ración en un dormitorio (3 imágenes).

01 08 16 Entrevista a Marakolezy – detenido – 20 segundos
“Nuestro alimento aquí, es sólo esto. El que recibe otra cosa, es porque hay amigos o familiares que se la traen. Es posible recibir trigo, mandioca, arroz. Pero nosotros, que somos pobres, tenemos únicamente mandioca para comer todos los días. Sólo esperamos nuestra porción de la olla grande.”

01 29 05 Un detenido come, sentado, en el dormitorio.

01 32 22 Entrevista a Brigitte Doppler – delegada del CICR – nutricionista – 26 segundos (en el patio de la prisión, delante de los detenidos que parten mandioca seca)
“Los que comen sólo eso, lamentablemente no alcanzan a cubrir las necesidades, más aún cuando deberían recibir 750 gramos por día. En la prisión de Toliara, reciben 400. En otras cárceles, la cantidad baja a 200, 250 gramos. Entonces, es completamente insuficiente, tanto en términos cuantitativos, es decir el valor energético, como cualitativos, evidentemente. No es posible alimentarse exclusivamente de mandioca todos los días. Es una insuficiencia absoluta, lamentablemente.”

01 59 00 (continuación) Entrevista a Brigitte Doppler – nutricionista del CICR – 10 segundos
“A largo plazo, si no hay otro aporte, será sin duda letal, un deceso. Es así.”

02 08 23 Los detenidos, en cuclillas, parten en pedacitos la mandioca seca (3 imágenes).

02 20 06 Una larga fila de detenidos con malnutrición atraviesa el patio y en fila india se dirigen a la sala donde serán pesados y medidos.

02 28 14 Los detenidos esperan en cuclillas su turno para la medición (2 imágenes).

02 34 14 Examen médico efectuado en el patio por el enfermero de la prisión y Brigitte Doppler, delegada nutricionista del CICR (4 imágenes).

02 53 22 Entrevista a Brigitte Doppler – 11 segundos
“Entonces es un paciente que no recupera peso desde hace cuatro semanas, desde hace un mes. Vamos a verlo en la consulta esta tarde para tratar de descubrir la causa de esta falta de recuperación de peso.”

03 04 13 Enfermería de la prisión. Marie-Ange Razananantsoa, delegada médica del CICR, y el enfermero de la prisión examinan al detenido Jacky Rambeloson (6 imágenes).

03 27 19 Entrevista a Jacky Rambeloson – detenido – 10 segundos
“Uno se muere si no come. Con lo poco que nos dan, eso es lo que sucede. Y además, no dejo de pensar en mis problemas. Así que, además, si no hay alimentos, seguramente nos espera la muerte.”

03 38 02 Entrevista a Jacky Rambeloson – detenido – 19 segundos
“Cuando mi peso era normal, no me dolía nada. Pero desde diciembre, no dejo de tener frío y siento hormigueos en todo el cuerpo. Noté enseguida que estaba perdiendo peso.”

03 57 02 El director de la prisión de Toliara conversa con los detenidos antes del cierre de los pabellones (3 imágenes).

04 13 19 Entrevista a Victorien Moha – Director de la prisión de Toliara – 22 segundos
“Como responsables del establecimiento, nuestra primera función es evitar que este tipo de cosas ocurran, evitar la muerte de los detenidos. Las personas detenidas no deben padecer hambre día tras día, a pesar de que tengamos pocos recursos.”

04 35 17 Preparación de la comida para los detenidos con malnutrición (7 imágenes).

05 05 13 Entrevista a Brigitte Doppler – delegada del CICR – nutricionista – 10 segundos
“Aquí, se prepara la comida complementaria para los detenidos con malnutrición moderada. Arroz, frijoles, aceite, legumbres, que les aporta 2.400 kilocalorías.”

05 15 02 Distribución de la comida especial para las personas con malnutrición que consumen su ración (7 imágenes).

05 38 22 Fin

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